Püramün

Un huerto ecológico en familia

¿Por qué un huerto en familia?

Cuidar un huerto es una actividad de ocio activo que permite desarrollar vínculos familiares. Además, ayuda a los más pequeños a desarrollar habilidades como la concentración y la paciencia, despertando su interés por el medio ambiente.

Püramüm significa "cosechar" en lengua Mapuche, un pueblo indígena que habita el sur de Chile y que vive en completa armonía con la tierra. Esta guía pretende ser un punto de partida para despertar el mismo respeto por la naturaleza que siente el pueblo Mapuche.

Un huerto ecológico

Antes de diseñar nuestro huerto, debemos comprender qué significa el concepto "ecológico":
1 – Uso de materiales orgánicos frente a químicos.
2 – Uso de métodos preventivos ante plagas o epidemias.
3 – Riego eficiente, consumiendo exclusivamente el agua que cada planta necesita.
4 – Cultivo especies adaptadas a las condiciones climáticas de la zona, preservado las variedades locales.
5 – Garantía de la biodiversidad, evitando el monocultivo.

1 – Planificar el huerto

El primer paso a seguir para diseñar un huerto es su planificación. Debemos saber qué vamos a plantar y tener en cuenta que es conveniente combinar vegetales en la misma maceta e ir alternando cultivos año a año. Para una buena gestión del policultivo, es muy cómodo contar con un plano donde anotemos qué plantas estamos cultivando y cuáles plantaremos la temporada siguiente.

Además, debemos contar con un calendario de siembra, trasplante y cosecha, de este modo nos acordaremos de hacer cada actividad en su momento óptimo.

Y por último, debemos seguir un diario para cada planta, de modo que podamos prever futuras incidencias y aprender de los errores pasados.

1.1 – ¿Qué planto?

Debemos saber qué plantas crecerán mejor en el clima en el que vivimos y en el entorno de nuestro hogar. Para ello, tenemos que tener en cuenta la luz solar que baña nuestro balcón (qué cantidad y cuántas horas al día) y si disponemos de espacio en el interior de la casa para proteger a algunas plantas de las heladas en invierno. A continuación podemos consultar las fichas de cada cultivo, dentro del apartado "6 – Cuidar el huerto", dónde veremos qué plantas se adaptan a estas condiciones.

1.2 – Combinaciones y rotaciones beneficiosas

Debemos tener en cuenta que para que nuestro huerto sea ecológico y las plantas crezcan sanas, disponemos de dos técnicas esenciales: la combinación y la rotación de cultivos.

La combinación se basa en plantar distintos vegetales en el mismo espacio, de este modo las plantas se ayudan entre sí y conseguimos evitar plagas o epidemias de forma natural. Por ejemplo, el tomate es muy sensible al pulgón y la albahaca lo repele, de modo que si los plantamos en la misma maceta, el tomate crecerá sano sin necesitar pesticidas químicos. Además, estaremos sacando el máximo partido a espacios pequeños.

Para explicar a los niños la importancia de mantener la diversidad de especies, y cómo estas se ayudan entre sí, podemos contarles que "hay algunos vegetales que son amigos y se ayudan entre sí, por eso deben estar en la misma maceta; además, si estuviesen solos llegarían a aburrirse".

La rotación consiste en alternar periódicamente distintos cultivos en la misma tierra, evitando así el agotamiento de la tierra y conservando su fertilidad natural. Cada hortaliza tiene una composición química propia y necesita unos nutrientes en proporciones concretas durante su ciclo vital. Si sólo cultivamos una misma planta durante varios años seguidos, estará agotando ciertos nutrientes, mientras habrá otros acumulándose en la tierra, que acabarán atrayendo a parásitos. Por eso, si no se practica la rotación, para la planta será más difícil producir frutos y será más vulnerable ante plagas y enfermedades.

La rotación consta de cuatro fases porque debemos alternar entre cuatro familias botánicas diferentes. Además, hay que evitar repetir la cosecha de dos especies del mismo tipo vegetativo (hoja verde, fruto, raíz y leguminosa). Por eso, en el sector amarillo aparece una bifurcación, pues no es aconsejable plantar zanahorias o rabanitos seguidas de otras zanahorias, ya que ambos son del tipo vegetativo: "raíz".

En el gráfico también se aplican las normas de combinación, de modo que se agrupan los vegetales que permiten formar un sector de rotación y que a su vez son buenos para plantar juntos. Se indica una buena combinación con la intersección en color verde y una mala combinación en color rojo.

1.3 – Los marcos de cultivo

Por último, debemos tener en cuenta qué son los marcos de cultivo. Se trata del espacio que necesita cada planta dentro de la maceta para desarrollarse correctamente. Esto significa que al cultivar varias plantas en la misma maceta, debemos dejar una distancia similar al marco de plantación de cada una entre el resto.

Como consecuencia, el tamaño de la maceta deberá ser suficientemente grande y en caso de no disponer de espacio en casa, debemos elegir plantas cuyos marcos de plantación no sean demasiado grandes y por ejemplo combinar únicamente dos variedades. Llegados a este punto, también debemos tener en cuenta que para realizar la rotación de cultivos necesitamos más de una maceta (cuatro sería ideal). Pero para empezar podemos contar con una e ir ampliando nuestro huerto año a año. Y si no disponemos de espacio para ampliar a cuatro macetas sobre las que ir rotando cultivos, podemos compartir planteles con amigos o familiares.

1.4 – Agenda

Ya conocemos cómo planificar el huerto, ahora podemos descargar, imprimir e ir archivando las siguientes fichas, que nos permitirán planificar nuestro huerto e ir creando una agenda personalizada:
1 – Ficha de cultivo
2 – Plano de diseño de maceta
3 – Ficha de rotación de cultivos

2 – Los materiales

El siguiente paso es preparar los materiales que necesitamos para cuidar nuestro huerto. Tras la planificación, sabemos por ejemplo qué semillas adquirir y el tamaño de las macetas. Debemos recordar que al tratarse de un huerto ecológico, los fertilizantes serán orgánicos y los remedios para ahuyentar plagas o evitar epidemias, serán preventivos (rotación y combinación de cultivos). Aun así, si llegasen a aparecer ciertas enfermedades, podemos hacer uso de algunos remedios naturales que podemos consultar con nuestro distribuidor habitual.

2.1 – Lista de materiales

3 – Preparar la maceta

Cuando ya tenemos los materiales y sabemos qué y cuándo vamos a plantar, podemos preparar el sustrato. El sustrato en sí mismo, tan solo tiene como función sostener a la planta y transportar el agua y los nutrientes que esta necesita a través de sus raíces. Por ello es muy importante aportar al sustrato algún tipo de fertilizante orgánico que permita a las plantas crecer sanas y fuertes.

3.1 – La maceta

Para el huerto urbano en el hogar es muy aconsejable utilizar un sustrato ligero como es la fibra de coco y un fertilizante muy rico, como el humus de lombriz, que complemente al primero. La composición más adecuada es un 60% de fibra de coco y un 40% de humus de lombriz.

Antes de llenar la maceta, y de forma periódica, debemos amasar bien toda la mezcla de sustrato, de este modo estará ahuecada y conseguiremos un buen drenaje y la correcta respiración de las raíces.

A los niños les encanta mancharse las manos y manipular diferentes texturas, por eso es una buena idea que se encarguen de mezclar el sustrato y ahuecarlo junto con sus padres.

Debemos recordar que cuándo realicemos la siembra en semilleros, tenemos que llenar el alveolo con al menos 4 cm de altura del mismo sustrato que hemos preparado para la maceta.

4 – La siembra

El proceso de germinación consiste en la transformación de la semilla en planta. Algunas semillas se plantan en bandejas de alveolos o semilleros y cuando han alcanzado un tamaño determinado se trasplantan a su maceta. Otras, como zanahorias, rabanitos, habas, guisantes y espinacas, pueden sembrarse directamente en la maceta.

Aunque la germinación es delicada, resulta muy interesante para que los niños aprendan cómo nacen las plantas y además es un proceso que ayuda al desarrollo de la paciencia.

Debemos recordar que como norma general es preferible sembrar por las mañanas y trasplantar por las tardes.

4.1 – La siembra

Germinar semillas no requiere de mucha experiencia pero los primeros días necesitaremos estar muy pendientes de nuestros semilleros para que no les falte ni la humedad ni la temperatura que necesitan para germinar.

Hasta que la semilla germine, debemos tener en cuenta que la planta es muy sensible a la falta de agua, por lo que el sustrato ha de estar siempre húmedo. Pero nunca debemos regar a chorros fuertes porque podemos desenterrar las semillas y evitar encharcarlo, pueden aparecer hongos.

En tiempo ventoso o seco es conveniente cubrir la bandeja con un plástico o resguardar los semilleros dentro de casa.

La mayoría de semillas necesitan cierta temperatura para iniciar el proceso de germinación (y que podemos consultar en la ficha de cada planta) por lo que intentaremos colocarlas en un lugar de casa que garantice esa temperatura. También podemos consultar el momento del año indicado para la siembra en el calendario de cada cultivo.

4.2 – Proceso

5 – El trasplante

Cuando las nuevas plantas germinadas tengan varias hojas y su altura sea superior a la del envase, habrá llegado el momento de hacer el trasplante. Podemos consultar en el calendario de cultivo de cada planta el momento idóneo para realizar el trasplante.

5.1 – Proceso

6 – Cuidar el huerto

Tras la germinación, debemos cuidar nuestras plantas para que produzcan frutos sabrosos. Los cuidados básicos consistirían en el riego y en asegurarnos que las plantas reciben suficiente luz y nutrientes.

6.1 – Los cuidados de cada planta

Cada planta requiere unos cuidados específicos, una cantidad de sol o de agua determinada, por lo que debemos consultar a continuación la ficha de cuidado de cada planta. También debemos saber cuándo cosechar los frutos de cada planta, para lo que podemos consultar el calendario de cada cultivo.

6.2 – El riego

Hay que observar a la planta y aprender a darle el agua que necesita cuando tenga sed. Si aunque regemos la planta regularmente presenta indicios de deshidratación, podemos cubrir la tierra para evitar pérdidas por evaporación, evitar el exceso de insolación o regar por la noche. Por el contrario, si tiene un exceso de humedad, podemos intentar ahuecar más la tierra o reducir la frecuencia o la cantidad de riego.

Aprender a regar requiere experiencia, por ejemplo, a veces, vale la pena hacer pasar un poco de sed a las plantas para aprender cada cuánto debemos regarlas. Es normal que a mediodía las hojas se vean caídas, pero si por la tarde cuando baja el sol vuelven a ponerse tiesas, quizá es el sol quien las castiga y no la falta de agua. Si por la tarde siguen lacias, es seguro que le faltaba agua y por tanto deberíamos haberlas regado. Pero si no era necesario y la hemos regado, podemos estar favoreciendo la aparición de hongos o la podredumbre de las raíces.

Podemos enseñar a los niños una rutina de observación de las plantas, de este modo mantendrán un contacto habitual con el huerto y disfrutarán ayudándonos con la tarea del riego.

Exceso

Escasez

6.3 – La cosecha

La cosecha es la tarea más agradecida del trabajo en el huerto, pero hay que saber elegir el mejor momento para recolectar. Los cultivos en los que obtengamos frutos, el momento adecuado puede ser cuando estén maduros, como el tomate cuando se torna de color rojo. Sin embargo, en pepinos hay que recolectar antes de que maduren y formen la semilla. La mayoría de hortalizas de hoja (lechugas, espinacas, acelgas) nos permitirán ir cortando hojas conforme las necesitemos sin necesidad de arrancarlas, por lo que si vamos consumiendo según nuestra demanda el cultivo nos durará más tiempo. Además, con ajos y cebollas, tendremos una cosecha de tiernos si lo recolectamos antes y de secos si los dejamos más tiempo.

Sobre Püramün

Püramün es un proyecto fin de ciclo de diseño gráfico. El proyecto pretende ser una guía de montaje y cuidado de un huerto ecológico en familia, amena, accesible y gratuita.